Publisher's Synopsis
Todo lo que 'acontece' es el resultado del cómo, cada uno de nosotros, ha contribuido individualmente por 'acción u omisión'. Cuando el resultado no nos gusta, en vez de lamentarnos, es más sensato y productivo centrarse en la lección a aprender, cómo podemos reorganizar la estrategia para volver a intentar lograr una meta y, desde ahí, sanar nuestra psique y contribuir a que el mundo sea un lugar mejor para todos.
SÓLO LOS FUERTES SOBREVIVEN.
El rebelde, o sea, el fuerte, en lugar de rendirse, echa mano de su resiliencia y de su capacidad de adaptación a las circunstancias y pone rumbo a la tormenta. Tiene claro que, después de la tormenta, siempre sale el sol.
Es una forma de plantear si es real la realidad. En cada situación en la que estemos, podemos plantearnos cómo abordar el presente y, más aún, cómo preparar el futuro desde este presente. Muchas personas se resisten a admitir la realidad, es comprensible puesto que a nadie le gusta dejar atrás una situación cómoda, agradable, feliz. Empero, nada en la vida dura para siempre, ni lo bueno ni lo malo. Una persona positiva es luchadora, valiente y no se arredra ante nada, no falsea la realidad. Ser positivista no supone falsear la realidad. Quien la falsea suele ser alguien en cuyo interior la cobardía ha tomado el mando.
Los 'falseadores de realidad' (FDR) suelen ser personas acostumbradas a mentirse a sí mismas, delegar sus responsabilidades y refugiarse en 'codependencias varias' (alcohol, drogas, relaciones amorosas o amoríos de quita y pon, sexo & rock-and-roll...). Los FDR jamás fueron valientes, de haberlo sido, nadie se la hubiera dado con queso. Los FDR prefieren que les mientan ya que les van las relaciones 'roller coaster' (montaña rusa), o basadas en la codependencia emocional, esas donde víctima y maltratador intercambian roles y se atizan mutuamente.
Para ser positivista hay que ser valiente, atrevida, arriesgada y con altas dosis de autoestima y confianza en una misma.
¿Qué será, será...?
El tiempo nos lo dirá...
¿HAY ALGO QUE PUEDA HACERSE?¿HAY ALGO QUE ESTÉ EN MI MANO?
A parte de rezar o de rogarle al Universo o a Dios que me asista y nos asista, si puedo hacer algo: algo que nadie me puede arrebatar y es mi VOLUNTAD.
Con la VOLUNTAD hemos topado. La voluntad se hermana con el CORAJE. La persona que pone al frente de su vida a la voluntad, no se queda quieta, no se conforma con el 'resultado no deseado', no se echa a llorar ni se queda lamentándose de lo que pudo ser y no fue. Quien tiene voluntad mueve montañas puesto que tiene el empuje y la fuerza para hacerlo. A la voluntad, le asiste el coraje, por ello enfrenta las vicisitudes, obstáculos, impedimentos y acaba hallando una solución, una salida, una manera de 'mutar' el problema en una oportunidad. Hace muchos años descubrí la existencia del laberinto de Chartres en su versión copia: está en la Grace Cathedral de San Francisco, porque la Obispa (son episcopalianos), fue a Chartres, Francia (he estado varias veces en la ciudad y visitando la catedral), lo mandó copiar a escala y reproducir tanto en el interior de la catedral (es una alfombra), como en el exterior (está grabado en la explanada al lado de la entrada). Me aficioné a ir a San Francisco siempre que podía para caminarlo (era la época en la que residía en Santa Cruz/CA, que está a unos cien kilómetros aproximadamente de distancia). De hecho, sigo teniendo el libro que escribió la Obispa de la Grace Cathedral. Caminar el laberinto es una suerte de meditación en movimiento.