Publisher's Synopsis
Eduardo, el narrador, intenta contar dos historias. Una, íntima y personal, se trata de la relación que tiene con su prima Eugenia a lo largo de la vida. Ella, a pesar de haberse casado con Rodrigo (amigo de toda la vida de Eduardo), siempre sintió un inconfesado deseo por su primo. Deseo, además, que era correspondido y que no siempre pudieron refrenar. Eduardo relata la historia de este triángulo amoroso en el que, si bien, la traición y el rencor aparecen latentes todo el tiempo, también lo están el cariño, el respeto y, pues eso, el amor. A través de reuniones familiares, situaciones oficinescas, mañanas en balnearios, actos autoamatorios interrumpidos, momentos fantasmagóricos y encuentros para ver eventos deportivos, se cuenta esta historia que termina (al menos parte de ella) con el temblor del 19 de septiembre del 2017.La segunda historia es una novela policiaca (o al menos sus borradores, sus balbuceos) en la que Eduardo trata de desentrañar la desaparición de su tío, José Eduardo Sánchez, también conocido como el Negro, un importante artista plástico. En su libro, Lalo describe la mala calidad de la investigación policial, y deja entrever que alguien se encargó de que el hecho nunca fuera esclarecido. Entrever quién fue ese "alguien" es algo que a Eduardo y a toda su familia no les gustará enfrentar.Por el otro lado, el Negro, es un personaje cuya prolongada ausencia lo ha convertido más en una idea que en un hombre. Lo conocemos a través de tesmimonios de testigos-sospechosos que forman parte de una investigación paralela a la de la policía, efectuada por un periodista (Lozano) y un oficial inexperto, pero agudo y voluntarioso (Hernández). En dichos testimonios, aparece la figura de un artista lleno de contradicciones, de características muchas veces inverosímiles, incluso que rayan en lo paranormal. Los relatos de los testigos conforman un cuento en el que lo terrorífico y lo ridículo se mezclan, y en el que uno o dos detalles dan la clave al agente Hernández para resolver el misterio. Una resolución que alguien, tal vez desde la sombra, no dejará que salga a la luz.