Publisher's Synopsis
Y llegó el otoño, con sus infinitas posibilidades, con sus colores ocres y verdosos, con sus idas y venidas..., y con su nunca escuchada advertencia que predice el frío, el aterante frío que el invierno nos trae. Seguimos sin hacer caso..., y las cosas no cambian, sólo empeoran. Corrupción, paro, maltrato, ninguneo, vejaciones, robos... y un enorme mar de insatisfacción social y personal.
Pero hoy queremos contar, que no cantar -ya habrá tiempo para la música-. Dentro de la ciencia que estudia los números, o numerología, se da uno que desde los primeros tiempos semíticos le concedieron el valor del infinito, de lo perfecto, de lo que consigue cambiar la realidad hacia mejor: el siete.
Uno, existen personas, profundamente cabreadas, en nuestra sociedad, que, utilizando las redes sociales, ponen a parir a todo quisqui, consiguiendo una crítica no sólo destructiva, sino demoledora que, sin embargo, aún no ha conseguido cambiar nada.
Dos, habitan personas, profundamente molestas, en nuestra sociedad, que, utilizando las redes sociales, no hacen otra cosa más que compartir y retwittear a todo trapo lo que las primeras dicen y, sin embargo, aún no han conseguido cambiar nada.
Tres, viven personas, que no saben por donde les da el aire ni entienden qué está pasando, pero, dándoles la razón a los anteriores, y esta vez sin utilizar casi las redes sociales, sin embargo, tampoco han conseguido cambiar nada.
Cuatro, por otro lado están en nuestra sociedad las personas que tienen un montón de problemas diarios, que comparten y comentan y comentan todo lo que los anteriores han dicho pero, al fin y al cabo, sus problemas acaban comiéndoles y a la postre les dejan sin poder hacer nada en pos del cambio.
Cinco, a veces hemos visto a personas que ven brotes verdes, y acaban pensando que ya saldremos de ésta; sin embargo, y como es natural, nada hacen para cambiar las cosas.
Seis, y como si de la mayor sandez se tratara, se dan personas en esta sociedad actual española que piensan que todo va bien, y llaman radicales a los anteriores. Indudablemente, ni por asomo harán algo para cambiar nada.
Por lo tanto, y a fuerza obliga..., ¿quién va a cambiar la situación tan penosa en la que se encuentra sumido nuestro país?
Siete. Tú.
No nos leas..., únete al cambio. Porque en esta sociedad también nacen personas que saben cómo mejorarla, cómo reestructurarla, cómo hacerla crecer: todo cuerpo produce sus antivirus cuando tiene la información y los medios necesarios..., el organismo acaba sanando.