Publisher's Synopsis
A la edad de catorce años, tras leer un fragmento de la Suma Teológica de Tomás de Aquino, me propuse refutar a numerosos maestros materialistas que preferían el nihilismo en lugar de explorar el significado de la vida, el mundo y la muerte.
Treinta años después me encontré enclaustrado en una solitaria torre en Chennai, India. Fue entonces cuando, tras trasegar continentes, filosofías, profesiones, artes e idiomas, llegué a la conclusión de que los misterios del universo eran insondables. Preguntas ancestrales como "¿De dónde venimos?", "¿Adónde vamos?" y "¿Por qué existimos?" serían abandonadas en mi búsqueda tras veintisiete años de estudio.
Al día siguiente, mientras caminaba en mi habitación, frente a una imagen del Sagrado Corazón de Jesús, experimenté una fuerza invisible que tocó mi frente, la región del tercer ojo según los antiguos escritos indios. Sentí un intenso dolor y angustia en mi pecho, seguidos de profundo júbilo y un amor sublime.
Este fenómeno se repitió durante casi dos horas, durante las cuales intuí, mediante juicios abductivos, la arquitectura de nuestra inmortalidad y el universo. En términos de filosofía pragmática, recibí el conocimiento que tanto había buscado, en una epifanía afín a las descritas por William James en su obra "Las Variedades de la experiencia religiosa",