Publisher's Synopsis
Este libro no es un relato frío de estadísticas ni una sucesión de fechas y discursos. Es una recopilación de voces, de experiencias y emociones que configuran el alma de un pueblo atrapado entre la resistencia y la esperanza, entre la necesidad de sobrevivir y el deseo de construir un futuro mejor.
He nacido en una tierra que muchos describen como paradójica: un país lleno de belleza natural y riqueza cultural, pero también marcado por carencias, miedos y luchas constantes. A lo largo de los años, he visto a familiares, amigos y vecinos debatirse entre dos decisiones dolorosas: quedarse y resistir o marcharse en busca de lo que aquí se les niega. He escuchado las historias de quienes lograron escapar del mar, de aquellos que perdieron todo en el intento y de los que, día a día, luchan por no rendirse en un sistema que parece empeñado en consumir sus sueños.
Este libro nace de esa realidad, de las cicatrices invisibles que llevamos todos los que amamos esta tierra. Cicatrices de noches interminables en colas por comida, de hospitales sin medicinas, de familias rotas por la separación y del agotamiento emocional que provoca vivir con la incertidumbre constante. Pero también es una obra que celebra la resistencia creativa de mi gente: el humor que no se pierde ni en las peores circunstancias, la solidaridad que se esconde detrás de un simple "resuelve", y la capacidad infinita de soñar, incluso cuando todo parece perdido.
No pretendo con estas páginas ofrecer soluciones mágicas ni fórmulas fáciles. Más bien, quiero que sirvan como un espejo en el que nos veamos reflejados: un recordatorio de dónde estamos, cómo llegamos aquí y, sobre todo, hacia dónde podemos ir. Porque aunque las condiciones actuales nos empujen al desaliento, todavía queda una chispa de esperanza. Y esa chispa debe ser alimentada, no con discursos vacíos, sino con acciones concretas, con valores rescatados, con diálogo y reconciliación.
A los jóvenes que sueñan con un futuro diferente, les digo que no están solos. A las madres y abuelas que llevan en silencio el peso del cuidado, les reconozco su sacrificio. A quienes se han marchado y aún lloran por su tierra, les recuerdo que no los hemos olvidado. Este libro es para todos ellos, para los que viven y sienten esta realidad, pero también para aquellos que aún creen en la posibilidad de un mañana mejor.
La esperanza es lo último que se pierde, dicen los viejos refranes. Pero no podemos dejarla sola. Debemos cultivarla juntos, resistiendo y soñando, porque esa es nuestra mayor forma de resistencia: no renunciar a la idea de que, un día, esta isla volverá a ser un hogar digno para todos sus hijos.
Con humildad, les doy la bienvenida a este viaje de recuerdos, luchas y sueños. Que estas páginas sirvan para encender en ustedes la misma chispa que me ha impulsado a escribirlas.
Jorge Alexi Rodríguez Vigueras
(J.A.R.V.)