Publisher's Synopsis
Cuando leemos un cuento de una sola sentada y olvidamos lo tan necesario por hacer: el cuento es excepcional. Pero qué sucede al no pretender dejar de leer un cuento tras otro. Es cuando la obra cuentistica resulta monumental y abrumadora. Es el caso de los cuentos pronto a leer. Y, efectivamente, serán de un intenso asombro y ya el lector determinará cuál de todos será el desquiciante. El cuento se ha considerado una segunda prioridad después de la novela. Pretendemos nunca salirnos de una lectura que nos ha cautivado y es por eso que entre más continua sea, mejor. Pero cuando los cuentos nos ofrecen lo mismo que la novela al adentrarnos más rápido que aquella en un mundo que hacemos propio, será una lectura mucho más apasionante.Grandes escritores que ponderan al cuento como una expresión literaria máxima, también se han destacado por ser algunos de los mejores ensayistas y pensadores de nuestro tiempo. Es el caso de José Luis Borges y Octavio Paz. Ninguno de los dos dejó una novela de legado. Está usted pronto a sumergirse en una profunda ensoñación que lo llevará a los parajes donde deambulan cada uno de los personajes de los cuentos muy cortos, algunos, otros, con más páginas que lo mantendrán en vilo.Son diversos los temas que nos envuelven en cada uno de ellos y al final de la lectura de todos, experimentará, como yo, una sensación de haber viajado a varios mundos donde la fantasía y la ficción ya no se diferenciará de la realidad, misma que percibirá con otra mirada multidimensional. Coincidirá conmigo en creer que fueron varios autores con una sensación de riqueza extraordinaria tras brincos de un cuento a otro. Una virtud que en pocos autores he leído. Siempre encuentro vasos comunicantes y similitudes entre los cuentos de los grandes escritores, pero he quedado asombrado de la diversa vitalidad que el autor dota a sus personajes con entornos sensoriales tan diferentes unos de otros.Prepárese para una de las más asombrosas lecturas que lo cautivará y no le permitirá salir de un intenso asombro ya nunca más.Scott López London
