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c Son las 22 horas del primero de julio del año 2018, todos los medios de comunicación, sobre todo las que posteriormente se les llamaría "las benditas redes sociales", y en todo México, incluyendo los de "boca a boca", una gran noticia se había comenzado a difundir: Según las encuestas de salida el Lic. Andrés Manuel López Obrador, (AMLO), es el triunfador en las elecciones para presidente de la república. El porcentaje a su favor, según las cuentas más moderadas, sobrepasa el 50% del total de votantes.
¡AMLO es el nuevo mandatario del país para el siguiente sexenio que comprende desde elcominezo del 2019 hasta el fin del año 2024!
En todas las ciudades y hasta en los pueblos más pequeños del enorme territorio mexicano, hubo grandes manifestaciones de alborozo y júbilo, organizándose emotivos mítines y alegres verbenas populares. En la ciudad de México, capital de la nación, numerosas caravanas que conducían a cientos de miles de seguidores de AMLO se reunieron para escuchar las emotivas palabras del líder triunfador, mientras su caras pintadas o adornos tricolores y con imágenes o frases del nuevo mandatario eran lucidas por muchos niños y adultos; a la manera folcklórica muy particular que tienen los mexicanos de festejar todo, un aire de carnaval de manera improvisada se armó como una feliz y movida recambaramba popular, donde se cantaba, bailaba, se gritaban consignas y lemas sociales y revolucionarios de génesis y sentimiento izquierdista, se ondeaban banderas nacionales, se lucían disfraces y trajes regionales, se escuchaban temas musicales de todo tipo, con grupos tropicales, mariachis, veracruzanos, bandas y norteños, y es que no era para menos, todo México, (excepto los nefastos Partidos borrados en estas elecciones), se alegraban por haber derrotado a un sistema político corrupto, que se había enquistado desde casi cien años atrás, ¡Un Partido de Izquierda se establecía como el nuevo gobierno federal!, y lo que era más impactante, inusitado e impensable, este nuevo gobierno elegido ganador en las urnas, había sido reconocido por el gobierno capitalista neoliberal saliente, representado por el que era el actual mandatario Enrique Peña Nieto y los demás candidatos participantes en esa justa electoral.
Afortunadamente la prudencia o más bien el miedo de que el "tigre", como AMLO le decía al pueblo, se soltara, es decir se sublevará contra el gobierno imperante; pues ya no se soportaban los abusos, la injusticia y la miseria que el contubernio de los Partidos masones liberales y de los Conservadores derechistas fascistas, ambos de una línea y operatividad capitalista acendrada y elitista, habían mantenido al 95% de la población en situación de pobreza extrema, discriminación cultural y étnica, así como de marginación educativa y política.
Todos estos aspectos convergentes, establecidos un muy largo tiempo con todos los aparatos ideológicos y represivos del Estado, habían creado una situación social exacerbada de inconformidad y protesta. De ahí la votación masiva en contra de esos partidos y un apoyo masivo a favor de López Obrador y la alegría inconmensurable de su aplastante triunfo, que el pueblo mexicano, consideró como suyo.